Todas las cámaras fotográficas llevan rosca de ¼ para el trípode, es una medida universal. Así que empezaremos la tarea comprando en la ferretería una varilla y una tuerca ciega, ambas de esa medida.
Con dos sargentos sujetamos fácilmente nuestro bastón en el marco de una mesa de jardín, para hacerle el taladro. A continuación, cortamos la cabeza del tornillo, para dejar sólo la parte que nos sirve.
Con un sargento y una sierra de metal podemos hacerlo en menos de un minuto. Para el taladro usaremos la broca de madera del número 5, y le ponemos un tope a fin de que el tornillo una vez enroscado sobresalga. La broca del 5 es algo más fina que el tornillo, así encajará firmemente sin holgura.
Nuestro bastón es de una madera excelente, se nota en el borde limpio del taladro. Metemos el tornillo por el lado serrado, le ponemos la tuerca ciega y con cuidado vamos apretando con una llave fija. Conviene quitar el sargento y sujetar el bastón con la mano, para notar la resistencia; si es demasiado fuerte, sacaremos el tornillo con el alicate, lo untaremos con jabón y volveremos a enroscarlo.
Ya tenemos nuestro bastón de senderista con el tornillo de ¼ bien embutido, enroscado a tope del taladro. Sólo falta hacer un disco de goma para que nuestra cámara tenga una mayor superficie de apoyo, evitando que la rosca sufra excesiva palanca ante un movimiento brusco o un golpe fortuito. La goma se agujerea sobre un mártir de madera con la misma broca del 5, y se enrosca en el tornillo.
¡Y listo! De esta forma tan barata y sencilla hemos hecho un monopié, que nos permitirá con toda discreción y sin necesidad de flash tomar fotografías con razonable nitidez, incluso usando velocidades de obturación muy bajas.
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